El problema de no acceder con asiduidad al correo Gmail, directamente desde el navegador, es que no lees las notificaciones. El otro día, con motivo de probar las nuevas características que le han dado a Gmail, entré y cual fué mi sorpresa, al leer que hace quince días accedieron a mi cuenta desde un país del norte de Europa. (Nota: os recomiendo que le pegueis un vistazo por si las moscas)
Claro, yo estaba seguro que no había sido (a pesar de mis repetidos intentos de conseguir la bilocación o en su defecto el desdoblemiento de cuerpos). Fué en este momento donde me entró la auténtica paranoia, y me dió por cambiar todas las contraseñas de mis cuentas, empezando por las de las cuentas en la nube, para continuar (no termino de entender porque) por la de mi ordenador portátil (mi Acer Aspire One).
Cambiando la contraseña
La operación de cambiar la contraseña en Ubuntu, es algo realmente sencillo. En el indicador para apagar Ubuntu, verás al final del menú la opción «Configuración del sistema»:
al hacer clic sobre ella, verás la siguiente ventana, seleccionas la opción «Acerca de mí…»
Donde puedes cambiar tus datos personales, y la contraseña haciendo clic en el botón correspondiente:
Y por fín:
Esto es bien sencillo, y la no tiene más misterio que el que he mostrado.
¿Y…?
Si hace poco que te pasaste a Ubuntu, es posible, que no supieras como hacerlo, y esto a lo mejor te sirva. Si llevas suficiente tiempo, me dirás, pues vaya, un tutorial facilón. Sin embargo, esto es la introducción a lo que viene a continuación.
El problema
Mi directorio de inicio «/home/atareao» lo tengo encriptado en mi ordenador portátil (que no, en el de casa) más que nada por si termina en manos ajenas. No por que algún despistado lo confunda con el suyo y se lo quiera apropiar, (que también) si no porque lo pueda perder o extraviar, y está muy feo que mis datos personales, al igual que la documentación del trabajo puedan caer en manos de algún organización perversa, de las que salían en las películas de James Bond (y digo salía, porque a mi me da la impresión, que los malos de antes eran mas malos que los de ahora, o tal vez será añoranza).
De manera confiada, pensé que al cambiar la contraseña, la encriptación de mi directorio de inicio, se hacía de forma pareja, y que cuando volviera a poner en marcha el equipo todo funcionaría como si no hubiera hecho nada. Pues error, craso error.
Al iniciar del equipo, después de haber cambiado la contraseña, me encuentro, más bien no me encuentro con ninguno de mis datos, ni información ni nada. Parece como si se hubiera borrado todo. Sin embargo, algo me hace sospechar (aquí haciendo alardes de mis dotes deductivas, que son mas bien pocas o ningunas) que la documentación está. Más que nada por que la partición donde monto /home, tiene 140 Gb y solo me quedan 70 disponibles (evidentemente si la policía ve colillas es que alguien ha fumado).
La solución
Pues no te tienes que preocupar, la solución es bien sencilla, para seguir con todos los datos que tenías, porque realmente no has perdido. Están encriptados en una carpeta
Para resolver el problema, sencilla, en un terminal, ejecutas el siguiente comando:
ecryptfs-rewrap-passphrase /home/.ecryptfs/$USER/.ecryptfs/wrapped-passphrase
En este momento te pedirá tu antigua contraseña, y luego te pedirá en dos ocasiones que introduzcas la nueva, que evidentemente tiene que coincidir con tu contraseña de usuario para que todo funcione de forma correcta.
Conclusión
Si tienes tu directorio inicio encriptado, y cambias la contraseña, es recomendable que ejecutes este comando. Así la próxima vez que inicies tu equipo no te llevarás esta sorpresa.
¿Qué pasa con el Llavero de GNOME? ¿Hay que cambiarle también la contraseña a la nueva de inicio de sesión o él mismo se amolda solo?